sábado, 4 de febrero de 2012

Tambor



Este instrumento al que se da también el nombre de caja de guerra era llamado por los griegos tympanon o typanon y tympanum por los romanos.
Homero nada dice del tambor ni en la Ilíada ni en la Odisea. En las Bacantes de Eurípides Baco encarga a sus secuaces tomar los tambores de los cuales acostumbraban a servirse los frigios. Estos tambores, afirma, inventados por mí y por Rhea o la gran madre de los dioses, Cibeles. En otro pasaje dice que los Coribantes lo inventaron para él. Entre los griegos se creía que los frigios fueron los inventores del tambor al paso que los romanos pensaban que habían sido los sirios. Lo más probable parece que los griegos tomaran el uso de los tambores de los asiáticos y que de ellos pasaría a los romanos.
Se servían para los tambores de piel de buey pero más comúnmente de la de asno, con cuyo motivo Fedro escribió la primera fábula del cuarto libro. El tambor consistía en un círculo de madera o de metal cubierto de una piel lo que daba la figura de una criba. Se tocaba el tambor algunas veces con baquetas o con el tirso pero lo más común era con la mano y del mismo modo como se toca el pandero, al cual se parecía muchísimo el tambor de los antiguos. Ponían en él para producir un sonido más estrepitoso unas planchas de metal y también campanillas y cascabeles. El tympanum pasó a ser el símbolo de la afeminación porque principalmente hacían uso de él los hombres consagrados a Cibeles. Así es que las tocadoras del tímpano fueron después enumeradas entre las mujeres de malas costumbres. Una de las cosas que San Justino deseaba desterrar de los banquetes eran las tocadoras de crótalo y del tambor

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